Por primera vez emerjo de las profundidades de lo que hoy
sé, es mi ser. Surjo como un monstruo que sale de las tinieblas para cumplir
con una misión que hasta el momento desconozco. Tomo el control de mi cuerpo. No
sé si desperté de un largo sueño o fui concebido en este preciso momento.
Lo único de lo que poseo conocimiento, es de aquella persona
que me despertó o me dio la vida. Hoy entiendo que es un ser mortal quien
facilitó este milagro; pero la primera imagen que recuerdo es la de un ángel
con un hábito peculiar. Sentí tristeza al descubrir que había perdido las alas,
eso pensé por que lloraba, quería y necesitaba proporcionarle consuelo; cuando
quise hacerlo, tomé conciencia de que existían más ángeles, que vestían de
igual forma y que tampoco tenían alas.
¿En qué infierno me encontraba? ¿Qué clase de terrible
exilio habían sufrido estas almas? Aunque… quizá era el cielo, por eso no eran
menesteres las alas y, sin duda, aquella figura femenina era Dios; sólo tan
magnífica perfección podía ser atribuida a la veracidad de este hecho.
Los segundos pasaban como si el tiempo se hubiese cansado de
avanzar o se venciera ante su magnificencia. Insospechado es aun lo que Dios ha
decidido para mí, aunque sé que no podría negarme a ninguna petición suya.
Suspiro, pues respirar no parecía más demandante que
contemplarla. Al hacerlo comprendo que estoy vivo, lo que no sé es: ¿dónde
estoy?
Hola hermano cainita, hace uno buen tiempo te quedé debiendo la dirección de mi blog. http://jamsblast.blogspot.com/
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