Hoy juré que sería la última vez que pensaba en ti,
me prometí que no te vería más,
que no te llamaría con la mente,
que no desearía tu cercanía,
y que liberaría mi mente y mi corazón de ti.
Que sí. Es un sentimiento bueno y alentador,
que me hace sentir que floto, que vivo;
que hasta que no te veo, el calendario no debería andar;
que me haces sentir un humano con alma e ilusiones
y que me engaño para verte otra vez y otra vez, siempre.