Te extraño tanto, mi amor prohibido, con un ímpetu que
parece absurdo.
Te deseo a destiempo, más cuando te fuiste que cuando estás
por llegar.
Añoro lo que eres y
lo que me haces sentir. Eres la tentación en la que no debo caer.
Eres inestabilidad, inconsistencia y frustrante ausencia.
Pero tienes lo que necesito:
Eres amor con un toque sensual, que después del uso me lanza
al vacío y a la soledad.
Luego vuelvo, siempre vuelvo por más. No tengo el valor de
dejarte ir, pues tienes todo.
Eres mi fórmula de dolor personalizada y también mi amarga
alegría preferida.
Eres como la dolorosa punzada que logra prevenir la
infección mortal, eres necesidad.
Eres mi cura, aunque también eres la enfermedad. Y sabes que
eres y tienes todo.
Todo lo que necesita para su perdición un alma como la mía que
no sabe aprender.