Google

martes, 27 de septiembre de 2011

¿QUÉ SIENTO POR TI? NADA Y TODO


Si hoy me preguntaran qué siento por ti,
diría que no tengo ni la menor idea
y seguro creerían que soy un indeciso
o que no me importas en lo más mínimo.

Me reiría de ellos como jamás lo he hecho,
pensarían que me he vuelto loco
y yo les diría que efectivamente lo estoy:
que soy un loco de atar.


jueves, 22 de septiembre de 2011

PIDE, YO CONCEDO.


¡Qué no daría por ti, vida mía!
Sé que te han dicho mil veces irrealidades:
amor eterno, bajarte las estrellas, llevarte al cielo…
Yo no te prometo nada de eso,
lamentablemente soy un simple mortal,
no podría cumplirte esos imposibles, ¡qué más querría!

viernes, 9 de septiembre de 2011

¿QUÉ SOY?


Yo no soy yo. Soy tú.
Tus pensamientos acerca de mí;
lo que ves de mí, lo que imaginas que soy;
lo que a la luz de la sociedad me corresponde ser;
lo que una gran cadena de supervivientes de la naturaleza puso en mis venas;
lo que considero de mí mismo, lo que un adjetivo dice de mí.
Soy una consideración, una valoración y ambas cosas son abstractas.
Soy una abstracción de un ideal de un Yo.
¿Soy tantas cosas a la vez?

lunes, 5 de septiembre de 2011

BENDITA LOCURA





Percibí tu olor en mi almohada,
luego de tanto tiempo sin pensar en ti y
el dolor fue tal como el primer segundo de tu ausencia.
Lloré como un niño que perdió lo que más quería,
ese sentimiento pueril pero vano de no aceptar tu partida;
indescriptible e informe que ocupa toda la casa y mi cuerpo.
Me llena tu recuerdo y sin embargo drena mis ganas de seguir.

viernes, 2 de septiembre de 2011

MÍRAME



Mírame, aunque me sepas prohibido,
tócame a la distancia, bésame en tu imaginación.
Sé que tienes miedo, yo también.
Y si mañana morimos, lo haremos temerosos,
tontos e insatisfechos, con el etéreo “hubiera”
cubriendo nuestros mortuorios labios;

jueves, 1 de septiembre de 2011

MI FANTASMA



Cuando el tiempo pasa, siento que nos alejamos más y más. Como si avanzáramos en direcciones opuestas. Como si la atracción que por ti siento me alejara, en lugar de acercarme. Aunque pasamos uno al lado del otro parece que nuestras realidades están disociadas; tal como la persona real que de vez en cuando ve a un fantasma. Un ente que por su cotidianidad no lo asusta, empero no puede hablar con él por miedo a la respuesta, o por temor a la ausencia de ésta; porque no hablan en el mismo idioma, porque de hablarle corroboraría la existencia de aquello que se dijo que sólo era una fantasía.