Google

lunes, 23 de julio de 2012

UNA REFLEXIÓN SOBRE EL DOLOR

Este texto puede ser leído como reflexión de "Una historia cualquiera: Ana"

Quizá tú no lo sepas, pero hay dolores opcionales;
si los hay, ¿por qué sufrir?

Existen distintos tipos de sufrimientos: el biológico, el social y el humano; el segundo y el tercero son impuestos, se producen por el aprendizaje de millones de humanos que han pasado por la tierra, que han construido reglas, principios y tabúes que, cuando no son cumplidos como fueron declarados, provocan malestar.


El primero es el único natural, un cólico por ejemplo, no discriminatorio, producto de causa y efecto: colon inflamado igual a cólico, es independiente de la voluntad del sujeto y de las sociedades. El segundo y el tercero son hechos por construcciones, el segundo es discriminatorio y parece inherente, pero no lo es: sufrimos por ser pobres, hombres, mujeres, homosexuales, feas o feos, tener senos grandes o pequeños, tener matrimonio, soltería viudez, amasiato o celibato; porque nos imponen y aceptamos un rol social. El tercero es un dolor que nos embarga por pertenecer a la humanidad, son males atávicos: la oscuridad, los monstruos, la soledad o la indiferencia, nos duelen y dan temor, verbigracia, porque eso nos enseñaron; también nos enamoramos por las mismas causas, compramos la idea del matrimonio porque dicen que nacimos para estar juntos, en pareja.

El segundo y el tercero no pertenecen a la naturaleza de las cosas, son imposiciones que aceptamos como naturales. Quien comprende esto, no sufre más por ello, se libera si así lo desea. A diferencia del biológico, los otros son opcionales, al luchar por liberarnos, el siguiente dolor que se avecina es el de la resistencia, el de rechazar esos dolores. Para este sí que hay que ser fuerte, pero de voluntad. Ojalá se normalizara en muchos y después dejaría de doler. A todo dolor nos acostumbramos si éste es constante. Hay dolores que pasan desapercibidos y que se reflexionan poco. Estos son peligrosos, como un cáncer no detectado a tiempo, cuando nos damos cuenta morimos en él, un dolor inconmensurable. Si hay que sufrir, si resulta inevitable, que el dolor sea aquel que nos prometa una mejor entereza, que nos recuerde que luchamos por lo que deseamos, que somos como queremos ser y no como se supone que deberíamos ser, que nosotros conocemos cómo seremos, más de lo que el mundo puede predecirlo.


All by Sergio Vergara

Espero sus comentarios.


SÍGUEME EN:

UNA HISTORIA CUALQUIERA: ANA



Mi inocencia, mi inocencia no la recuerdo. Ésa es como una palabra de broma para mí. Recuerdo que Carlos decía que sabemos cuán dañados estamos cuando creemos que los niños saben lo que hacen, comprenden todo pero se hacen “mensos” para lograr sus objetivos. Cuando se declara maquiavélico a un niño, es que la inocencia es irrealizable para el alma, pues de ellos se desprende el concepto.

En una ocasión creí en los cuentos de hadas y jugué por un momento a ser princesa, ahora sé que no era inocente, era ciega, estúpidamente ciega. Al día siguiente oí a Martha, mi tía, decir que las mujeres nacimos para sufrir. Creí que debería significar que sufría en ese preciso momento, por el simple hecho de ser mujer, pero yo no sufría, esa es la verdad, sólo existía. ¿O será que no sufría porque no era mujer? No todavía y cuando lo fuera, el dolor comenzaría. Porque parece ser el objetivo femenino, pero yo no lo buscaba, no nací para eso, me dije.

Los siguientes años pensé poco en ello, aunque el pensamiento casi tomaba forma cuando mamá me halaba fuertemente el cabello al peinarme, para que estuviera “bonita”, aunque papá decía que yo era tan hermosa, incluso cuando yo estaba peor que un cerdo de tanto jugar entre gastronomía de lodo. Era mi madre a la que parecía desagradarle mi suciedad, era ella la exigente para que acentuara mi belleza, Raúl, mi hermano siempre ha sido feo y a nadie parecía importarle.

 Pronto aprendí también que debía limitar mi cuerpo de modo artificial, podía ganarle a Raúl con una mano en la cintura, pero parecía estar mal, se burlaban de él cuando lo apaleaba y decían: “¡Cómo te gana una mujer!”, como si algo tan insignificante como yo no pudiera realizar tal proeza. A parte, mis piernas debían estar más cerca de lo que les era natural, debía comer menos de los que mi cuerpo requería, usaba menos palabras de las que conocía, negaba malestares físicos en público, debía ocultar algunos sentimientos; me unían a las niñas en el juego como si los niños tuvieran sarna o algún talento especial para estar cerca de mí, poco después, ellos me empezaron a rechazar por “débil” y no era nada de eso, sólo no tenía práctica. Insisto, no era inocente, era estúpida, no veía lo evidente.

jueves, 19 de julio de 2012

NO DIGAS TE AMO



No digas "Te amo" como algo que se dice por estar en una relación, porque la costumbre hace que sea muy fácil, porque es natural. No lo hagas porque a nadie afecta, porque son palabras, porque se siente bien o como un simple experimento. No prometas más allá de lo que puedes, ni de lo que sabes, la idealización no te hace omnipotente. No juegues a amar a dos a la vez, quien lo hace sólo formula una metáfora que se repite en diferentes ámbitos de la vida, de al menos dos
 de los involucrados, fracciona al amor, separa a las parejas, divide el corazón y rompe la confianza. No mientas, si no tienes la seguridad, no la tienes y ya, no se invoca a la lluvia con la voluntad, tampoco el deseo, las buenas voluntades o el amor, todo esto se desarrolla en condiciones adecuadas y específicas; propicia las condiciones y no esperes milagros o casualidades. Repito, no digas “Te amo” como si estás cinco letras fueran inofensivas o los sonidos inermes. Las miradas, las letras, los sonidos… provocan una serie de reacciones en cadena que han sido los responsables de la creación de sueños enormes y de grandes depresiones, forman la arquitectura y geografía de la naturaleza humana. No te apresures, no temas, no se acaba el mundo porque no lo digas hoy, espera, mira a los ojos al objeto de tu deseo, y en la contemplación flotará una respuesta. No digas “Te amo” porque si mañana cambias de opinión, las palabras no pueden regresarse a su fuente como si no hubieran acaecido. Cuida lo que dices y cuándo lo dices. No digas “Te amo” o mañana tendré que explicar cuando te dicen “Te odio”.


All by Sergio Vergara

miércoles, 11 de julio de 2012

FRASES SIN CLASIFICAR


Por causa de mi producción de frases sin más referencia que ellas mismas, he decidido crear esta sección. Sólo pido un favor, si las reproducen denle crédito al autor, eso demuestra cultura. Los mismo aplica para las otras obras. Es un honor que reproduzcan lo que hago y que sus seres amados sean elogiados con mis letras y sus seres odiados también sean malditos con mis palabras, para que juntos les digamos que no son de nuestro agrado.


By Sergio Vergara



· 
Frases sin clasificar ·Frases sin clasificar · Frases sin clasificar · Frases sin clasificar · Frases sin clasificar · 



"Un amigo espera pacientemente el momento en que el otro se quita una máscara más. El amigo no exige confianza. Observa cómo se forma. Un amigo espera y se quita máscaras en función de la espera del otro. La amistad es una espera constante, avanza lenta y puede durar toda la vida. A diferencia del amor, que es una llamarada, la amistad es el fuego perpetuo."

viernes, 6 de julio de 2012

UN DELIRIO



Viernes 22 de junio de 2011, 5:48 p.m.

Ayer que la vi, me asustaba constantemente el parecido que tiene con quién siempre había deseado, como un sortilegio en ejecución. Eran las 8:23 cuando ese ser, mitad mujer, mitad diosa, entró por la puerta del salón y sentía que no podía apartar la vista de ella, como si su imagen magnetizara mis pupilas, controlara mi respiración, me hacía sudar, mi sistema nervioso es suyo.

Me encontré en una especie de nube informe e incoherente, como si viera a través de otra persona y mis ojos flotaban cada vez más cerca de ella, casi rosándola y estando tan lejos. Recuerdo que apenas seis minutos pasaron para que los idiotas que se creen populares comenzaran a planear el asecho, no les importó que la profesora los silenciara en diversas ocasiones. Ellos se veían seguros y pretensiosos, yo, ¡mi Dios!, que nunca me he comunicado con un ser tan perfecto, estoy seguro que fracasaré.

Sé que me viste y creo que te apenaste un poco por mí, aunque también sé que una chica tan linda como tú está acostumbrada a ser abordada, no a abordar, así que no desesperes, que yo encontraré el modo para sortear el abismo que separa a mi voluntad de mi boca.