UN DELIRIO

Viernes 22 de junio de 2011, 5:48 p.m.

Ayer que la vi, me asustaba constantemente el parecido que tiene con quién siempre había deseado, como un sortilegio en ejecución. Eran las 8:23 cuando ese ser, mitad mujer, mitad diosa, entró por la puerta del salón y sentía que no podía apartar la vista de ella, como si su imagen magnetizara mis pupilas, controlara mi respiración, me hacía sudar, mi sistema nervioso es suyo.

Me encontré en una especie de nube informe e incoherente, como si viera a través de otra persona y mis ojos flotaban cada vez más cerca de ella, casi rosándola y estando tan lejos. Recuerdo que apenas seis minutos pasaron para que los idiotas que se creen populares comenzaran a planear el asecho, no les importó que la profesora los silenciara en diversas ocasiones. Ellos se veían seguros y pretensiosos, yo, ¡mi Dios!, que nunca me he comunicado con un ser tan perfecto, estoy seguro que fracasaré.

Sé que me viste y creo que te apenaste un poco por mí, aunque también sé que una chica tan linda como tú está acostumbrada a ser abordada, no a abordar, así que no desesperes, que yo encontraré el modo para sortear el abismo que separa a mi voluntad de mi boca.

Recuerdo nuevamente ese vértigo en el estómago cuando decidí caminar simplemente así a ti y presentarme, para decirte que aquí estoy. El hombre perfecto para ti. En nuestros ojos se nota la etiqueta que el creador puso como estratagema para que, los seres que creó a más semejanza el uno del otro, se reconocieran, como nos pasó a nosotros. Yo sé, yo sé amor mío que cuando leas estas cartas no tendrás la menor duda.

Espera, llama mamá…

9:56 p.m.

Recuerdo lo triste que te veías, cuando en el receso muchos chicos te rodearon y fingías felicidad. Sabes que no podemos estar tan separados… Mañana me presentaré, no te preocupes. No tendrás que fingir alegría jamás. Yo seré tu alegría más grande… Nada puedo hacer para dañarte… El amor, suave como el algodón, no puede dañar a nadie.

Debo dormir pues mañana quiero ser el primero en llegar. Hoy sólo podré soñar con el sabor de tu boca. Boca de mi vida y de mi posible muerte. Sólo ella puede darme vida y matarme, sólo ella tiene el poder. Anda habla y derrotaré imperios; con una palabra tendrás lo que desees, hasta vida del infierno; con un suspiro y me rindo ante ti; por un beso surco mares y exorcizo demonios… Una orden y el mundo cambia… Vida o muerte, Señora mía.


All by Sergio Vergara


(Continúa)