EXIGENCIA DE SER UNO MISMO

No soy perfecto y nunca he dicho algo semejante. Si yo veo defectos en mí, para los otros debo ser un síndrome de cosas imperfectas. No tengo obligación de ser normal, ni de hacerte feliz, mucho menos de estar contigo.

Soy lo que soy, hago lo que puedo, en la medida de mis virtudes y defectos. No estoy enfermo. No soy una enfermedad que deba erradicarse. Si modifico algo en mí es porque lo deseo, oculto algo de mí que consideras malo y lo hago porque lo decido.

El problema no es problema en aislado, se  vuelve cuando nos unimos. En la soledad, mi mal humor no afecta, mi risa estridente tampoco, ni siquiera las caras extrañas que hago al pensar, que tanto te molestan.

La felicidad depende de hasta qué punto puedes soportar mi imperfección y normalizar mi anormalidad. No cambiamos, sólo decidimos actuar, pensar y sentir diferente, en función de un bien mayor: estar juntos.

A solas soy perfecto, pero no quiero estar solo. Rechazo mi oportunidad a la perfección. Aun así, y lo digo como exigencia a mi inherente derecho de vivir y existir:

¡No quiero ser curado de ser yo mismo!

La perfección sólo existe en la soledad, libre de los ojos que juzgan. La felicidad depende de que existan otros. Para ser feliz con Otro depende de cuán capaces somos de  tolerarlo como humano, en su divina imperfección, respetándola y exigiendo respeto por haber nacido con ambientes y genética distintos. Tal vez no nacimos para estar juntos, empero es decisión nuestra hacer que el ínfimo momento del eterno universo en que coincidimos, posados uno al lado del otro, sea lo más grato posible; aceptando que si bien no somos la medida de todas las cosas, tampoco debemos medirnos con respecto a otros.

Seamos los más perfectos que podamos, viviendo y siendo uno mismo en la medida de la felicidad que podamos crear y tolerar.

All by Sergio Vergara

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