A ELLA

Soñé que naufragaba, que iba sin rumbo,
tirado a la deriva, sin un consuelo firme.
El agua me absorbió en ocasiones, pero puede salir a flote.
Los días se hacían noches, y las noches días,
pero no llegaba a ningún lugar.

Un buen día, el cual aún permanece en mi memoria,
llegué a una tierra maravillosa, luego de tanto tiempo perdido.
Una mujer me rescató del estado deplorable en que me encontraba,
sanó las heridas que me provocaron las penurias por las que atravesé.
Al principio sentí miedo, porque pensé que ella también me lastimaría,
pero pasado el tiempo, y a pesar de mi resistencia, me enamoré de ella.

El recelo me condujo, como quien evita su destino, cumpliéndolo al evitarlo.
Me enseñó a nadar y a orientarme, para no perecer en el viaje que realizo a diario.
Sin darme cuenta nade hacia ti, atrapado en una corriente ligera y placentera;
de pronto, me sentí seguro, protegido y rodeado de placer llamado como tú.
En la playa de tu piel desperté exhausto por el nado, deslumbrado por tu luz sin igual.
En ese momento me di cuenta, que lo que me ocurrió fue un sueño;
observé que nunca estuve en altamar; que no tenía heridas físicas.

Pero ese amor que ella me brindó, siempre supe que era verdad.
Hoy en el final de mis días, sigo junto a ella;
esa mujer que nunca me dejó caer,
a pesar de las cuitas por las que aventurados atravesamos juntos.
Gracias a ella, hoy sé que mi vida no es un es un sueño,
en ella puedo lastimar a personas sin consecuencias.
Me despertó a la vida, y me enseñó que los sueños no son eternos,
Por eso estoy feliz de que mi vida no lo sea,

con sensaciones fantásticas y tu belleza irreal
y si esto no fuera cierto, que hermoso sueño habría tenido.


All by Sergio Vergara.