¿La belleza es un mal o un don?, se cuestionó.
“La belleza”, se dijo, “puede resultar la perdición de un hombre, de su alma y su cordura. La belleza implica una pérdida mortal e inmortal. Más bien la conciencia sobre ésta. No hay belleza universal; por lo que ser bello es azaroso, tiene que ver con genética oportuna, empero no es una cuestión de suerte.
”La suerte es sólo un evento significado, la consideración de pertinencia de lo inevitable. Un alfiler cae verticalmente sobre una parte blanda de un sofá, una mujer se sienta y se clava el alfiler. Está maldita seguramente.
”Pensar en belleza y suerte, es hablar de un propósito y un orden en el universo. La presencia de un Dios no puede explicar la ocurrencia de un alfiler en las nalgas. Un Dios no planearía una nimiedad de tal calaña. El universo es estúpido, un montón de rocas girando unas alrededor de otras y átomos, repitiendo el patrón en pequeña escala.
“Un buen día, accidentalmente surge la vida, no por suerte, porque así ocurre cuando se reúnen ciertas condiciones, como si en el universo el hidrogeno y el oxígeno se encontraran y creyéramos milagroso tal evento; creándose agua y danzando ángeles en rededor a la gota. Hilarante —una beldad de sonrisa se dejó ver en un cuchillo de plata que lo reflejaba.
”La vida surge y se adapta, como se enciende una estrella para más tarde extinguirse; todo lo que a la estrella “ocurra” o lo que ella “cause” es producto de coincidencias en el universo, que sin conspirar, se unen como transcurso natural de su impulso original, que es físico y no divino. Así surge la Humanidad, resultado de lo que ocurre en lo que lo circunda y no como algo de lo que sea merecedor. Lo interesante de la inteligencia humana es que ella misma busca su razón de ser, se autojustifica. Es la primera Cosa que se pregunta sobre su lugar en el preciso lugar de la pregunta, sin resignarse a no tener un motivo. Para no sentirse inútil, se crea un discurso en el que él es el centro: creación magnánima, biológica y divinamente; para ello tiene que recurrir a recursos inexistentes y se crean los conceptos. De aquí surgen leyes no palpables que se vuelven rectores de la vida de un ser que no nació para cumplir nada.
“Y se puede ver a los humanos danzando como un esquizofrénico en el delirio de su mundo propio, respetando las leyes de su locura, como si su mundo realmente existiera y tratando de convencer al resto de que el mundo es de cierta manera y no de otra. Danzan, danzan sobre lluvia intempestuosa como si de un día soleado se tratara.
”¿No es patético? ¿No me merece eutanasia una especie tan asqueante? Esta especie que se mata a sí misma, pero que valora sobremanera su existencia. Pueden cazar a adultos y cachorros de otras especies, pero se convierte crimen matar a su propia especie, bajo cualquier circunstancia. Como matar a un bebé o cometer un aborto. Un perro de cinco años comprende mejor cuanto desea conservar su propia vida, que un cachorro humano que ve al horizonte sin comprender nada, incapaz de procurar su propia vida. En su muerte no sentiría más dolor que cualquier otro animal, pero les resulta completamente monstruoso. La Humanidad es una comedia con el telón levantado.
”La Humanidad sigue tan ocupada con la creación de conceptos y artefactos, pues todavía no encuentran la mejor manera de acabar con esta carencia de sentido que todos tienen cuando se alejan de sus iguales, huyendo de la soledad, temiendo a la oscuridad, lugares comunes para el descubrimiento de todo lo que digo. Son lugares para la verdad, donde el verbo es inadmisible y el interior habla sin restricciones.
”La Humanidad sigue tan ocupada con la creación de conceptos y artefactos, pues todavía no encuentran la mejor manera de acabar con esta carencia de sentido que todos tienen cuando se alejan de sus iguales, huyendo de la soledad, temiendo a la oscuridad, lugares comunes para el descubrimiento de todo lo que digo. Son lugares para la verdad, donde el verbo es inadmisible y el interior habla sin restricciones.
”En la soledad oscura y en la oscura soledad, descubrí mi fealdad, pero la luz revela a mi rostro como algo tan deseado por extrañas razones por lo humanos. Que harían lo que sea por algo símil. La belleza, invento humano. La belleza, arma de destrucción o facilitador de ella. Dejaríamos entrar a una persona bella con mayor facilidad a nuestro hogar, sin imaginar lo peligrosa que pueda resultar, pues suponemos a la belleza como don acompañado de muchas virtudes más. Lo que sé es que el fin de la vida de la Humanidad, será efectuado por un rostro bello o algo considerado bello alguna vez.
”La belleza es don y mal a la vez. Estas propiedades sólo pueden ser observadas una a la vez, pues mientras una se efectúa, la otra se mantiene latente. Mientras es don para el observador, puede ser una desgracia para el poseedor.
El contexto de lo dicho es el soliloquio de un personaje de nombre André y decidí colocarlo de manera fiel.
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